ESTE AÑO DEBUTARÁN EN EL BALOMPIÉ PROFESIONAL
Al momento el plantel tiene 20 elementos que laboran bajo la dirección de Douglas Intriago en las canchas de Sangolquí y el complejo El Carmen, en el sur de Quito.
El exjugador Bolívar Mosquera (c) es el encargado de la preparación física en el plantel que actuará de local en Sangolquí. Foto: Santiago Aguirre | El Telégrafo |
Una pequeña laguna con botes para pasear en ellos da el nombre al parque y a la cancha de fútbol que se encuentra en el sector de Sangolquí (Valle de los Chillos). En La Laguna se entrenan al menos dos veces por semana Los Loros, novel equipo que jugará este año en la segunda división de Pichincha.
Hasta el año pasado, el plantel militó en el balompié amateur y tras el ascenso, exjugadores como Jacinto Espinoza, Luis Mosquera, los hermanos Fabián y Eduardo Cubero, entre otros, decidieron hacerse cargo del manejo deportivo y administrativo del club.
Adquirieron el plantel para darle actividad y continuidad a las carreras de los jugadores que forman parte de las 122 escuelas de fútbol que auspicia el Consejo Provincial de Pichincha. En esos equipos, pueden actuar solo hasta los 13 años.
“La idea es ser una vitrina que exponga y venda jóvenes jugadores tanto en el ámbito local como internacional y así financiar el equipo”, refirió Jacinto Espinoza, quien encabeza el proyecto.
Sobre el gramado es posible encontrar a exfiguras como el golero Sandro Borja y el volante Roger Silva, quienes militaron en Deportivo Quito y Aucas, respectivamente.
Sus físicos no han cambiado mucho. Por el contrario, parece que el tiempo se detuvo en ellos. La habilidad permanece intacta en quienes son el aporte de experiencia en un joven elenco, cuyo promedio de edad no sobrepasa los 21 años.
Entre los nuevos valores destaca el golero Ricardo Barahona, de 19 años. “Quiero entregar lo mejor de mí para crecer en este deporte y mejorar económicamente”, afirmó.
Hace un mes comenzaron los trabajos del equipo con la convocatoria para seleccionar a los jugadores que actuarán desde el 10 de marzo en el Campeonato Nacional de segunda categoría. El debut será ante el club Chile. Hasta el momento son 20 los elementos seleccionados que entrenan en una sola jornada en períodos de 2 y 3 horas para acelerar el proceso de adaptación.
“Alrededor de 400 muchachos se dieron cita para ser parte de los seleccionados. El proceso fue arduo y reflejó que los nuevos prospectos tienen confianza en el proyecto a largo plazo que esperamos instaurar”, sostuvo el técnico Douglas Intriago.
El Consejo Provincial de Pichincha es el principal auspiciante con el que cuenta el elenco que actuará como local en el estadio cantonal de Sangolquí, el mismo escenario en el que juega Independiente del Valle.
El club les proporciona a su plantilla implementos deportivos, hidratación y atención médica permanente. Además, se encuentran registrados en el Seguro Social.
A diferencia de otros equipos, aquí el salario será por los 12 meses y no solo por los cerca de 10 que dura el torneo competitivo. Los refuerzos que tienen experiencia en equipos de primera categoría recibirán un sueldo de 400 dólares; mientras que los jóvenes que recién inician sus carreras ganarán mensualmente un salario básico (318 dólares). El presupuesto general de esta temporada será de 150 mil dólares.
A más de la cancha de La Laguna, el elenco conocido también como la “Amenaza verde” cuenta con otro escenario para los entrenamientos: las instalaciones del complejo El Carmen, al sur de Quito.
En cualquiera de los dos lugares, según decida el estratega, los futbolistas tienen que acudir de forma puntual a las 09:00 para iniciar primero con los trabajos físicos. De estos se encarga el ex futbolista que destacó en El Nacional y Deportivo Quito, Luis Bolívar Mosquera.
El “Chifle”, como se lo conoce, con su voz altisonante, inyecta ánimo y motiva a los jóvenes que llegan a una nueva prueba. La exigencia es extrema. Trotes, piques largos y cortos forman parte de la preparación, que de no cumplirse como él pide, recibe un castigo. Diez flexiones de pecho o ejercicios abdominales veloces y bien hechos son el costo por no seguir las instrucciones.
El proyecto contempla además la adecuación de una vivienda para cerca de 30 futbolistas jóvenes con proyección que provienen de otras ciudades y provincias.
Para poder cubrir los gastos que demande la construcción de la infraestructura, se piensa instalar un restaurante que a la vez alimente a los huéspedes y se autofinancie con la dotación de comida para personas particulares.
“Deseamos que exista una persona encargada de cuidar a los chicos y dotarles de los alimentos diarios. El anhelo es darles un hogar y suplir la ausencia de sus progenitores”, reiteró Espinoza.
Desde el 1 de marzo pasado la vivienda fue equipada con implementos que garantizan la convivencia de los jugadores: camas, colchones y cobijas.
La apertura e inauguración del restaurante demorará al menos un mes. Se lo hará con el mismo personal que labora en el hotel Mirador, propiedad de Espinoza.
Fuente Diario El Telégrafo
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